martes, 28 de abril de 2015

Principios Básicos de la Educación Social y Emocional


¿Qué es el aprendizaje social y emocional?

El aprendizaje social y emocional (en Ingles: Social and emotional learning o SEL) es el proceso a través del cual las personas, sin importar su rango de edad, adquieren y aplican efectivamente, el conocimiento, las actitudes y habilidades necesarias para entender y manejar las emociones; Para establecer y alcanzar objetivos positivos; sentir y mostrar empatía por otros; establecer y mantener relaciones interpersonales positivas y saludables; y tomar decisiones responsables.

Las habilidades sociales y emocionales son criticas para ser un buen estudiante, un buen ciudadano y un buen trabajador y muchos comportamientos riesgosos (por ejemplo: el abuso de drogas, la violencia, la deserción escolar o el bulling) se reducen cuando existen programas escolares con continuidad y  coherencia, enfocados en el desarrollo de las habilidades sociales y emocionales del estudiantado. Las formas más efectivas de implementar  estos programas son las actividades guidas en el salón de clases; el comprometer a los y las estudiantes en actividades positivas dentro y fuera del salón de clases y lograr la participación de las familias y la comunidad en la creación, implementación y evaluación de los programas. 



El experto en educación emocional Daniel Coleman señala, en esta entrevista (lamentablemente solo disponible en ingles), que los cerebros de los niños tienen  mucha plasticidad y pueden ser moldeados a través de la repetición, los aprendizajes en general se consolidan por medio de la repetición, la contextualización, la comparación y la práctica, teniendo esto en cuenta, si se quiere preparar a una persona para tener una vida emocional madura y gratificante hay que darle la oportunidad de tener repetidas experiencias que ayuden a su cerebro por ejemplo, a manejar la ira, a calmarse cuando siente ansiedad o está nervioso, aceptar el fracaso de forma positiva, etc.  


Competencias centrales del aprendizaje social y emocional 

CASEL (Collaborative for Academic, Social, and Emocional Learnig) ha identificado cinco grupos interrelacionados de competencias cognitivas, afectivas y actitudinales que serian esenciales que deben incluirse como parte del desarrollo personal y grupal dentro del aprendizaje.
  • Auto-conocimiento (self-awareness): habilidad para reconocer las emociones y pensamientos propios y sus influencias en nuestro comportamiento. Esto incluye evaluar con precisión las fortalezas y limitaciones propias y poseer un desarrollado sentido de seguridad y optimismo.
  • Auto-control (self-management): habilidad para regular las propias emociones, pensamientos y comportamientos de forma efectiva en diversas situaciones. Esto incluye, manejar el estrés, controlar los impulses negativos, lograr auto motivarse y establecer y trabajar para lograr los objetivos personales.  
  • Conciencia social (social awareness): Son aquellas habilidades que nos permiten ponernos en el lugar del otro y empatizar con puntos de vistas provenientes de contextos culturales, étnicos y mentalidades diversas. Esto permite entender los comportamientos y normas sociales y éticos diversos y tener una relación más abierta y respetuosa hacia la familia, la escuela y la comunidad.
  • Habilidades interpersonales (relationship skills): Habilidad para establecer y mantener relaciones sanas y gratificantes con diversos individuos y grupos. Esto incluye comunicarse claramente, escuchar de forma active, cooperar, soportar la presión social negativa, negociar los conflictos de forma constructiva, y ser capaz de buscar y ofrecer ayuda cuando es necesario.
  • Tomar decisiones responsables (responsible decision making): Es la habilidad para tomar decisiones de forma constructiva y respetuosa sobre el comportamiento social y personal propios y de los otros, tomando en cuenta las consideraciones éticas estándar, la seguridad, las normas sociales, las consecuencias de los propios actos y los de los demás y el bienestar general.

Objetivos asociados a las cinco competencias

Los objetivos  a corto plazo de los programas de aprendizaje social y emocional son, uno: promover el auto-conocimiento, el auto-control, la conciencia social, las relaciones interpersonales y la toma de decisiones responsables en el estudiantado; y dos: mejorar las actitudes e ideas sobre y hacia sí mismo, otros/as y la escuela.
 
Esto, en retorno, provee las bases para un mejor desempeño académico y se refleja en un comportamiento social y una relación mucho mejor con los/as demás, disminuye los problemas de conducta, el estrés emocional y permite mejorar las calificaciones y las relaciones dentro de la comunidad educativa.

En los Estados Unidos y en otros contextos educativos, actualmente se está más consientes de la importancia del desarrollo de las habilidades sociales y emocionales para conseguir un desarrollo académico más exitoso. El grupo de las cinco competencias del aprendizaje social y emocional son muy importantes desde muy temprano en la vida, pero son especialmente relevantes a partir del momento que los niños y niñas comienzan a relacionarse con personas adultas y pares en ambientes de socialización fuera de casa.

Las habilidades sociales y emocionales juegan un rol importante en lo bien equipada que estará una persona al momento de enfrentarse a las demandas escolares y también determinan el grado de compromiso en el propio aprendizaje y los beneficios que se puede obtener de la vida escolar.

Según Daniel Coleman, creador del concepto de la inteligencia emocional, es importante dejar de pensar que la educación emocional es algo extra o prescindible, ya que sin esta preparación se dificulta cualquier otro aprendizaje, el cuerpo de educadores debe gastar tiempo y energías en solucionar y manejar situaciones extra académicas dentro del aula y la recepción de lo ensenado no es la más optima. Las personas que tiene una formación emocional y social tienden a tener más auto motivación y son capaces de responder de forma más abierta e interesada a los nuevos desafíos, así también tienen una mayor tolerancia a la frustración lo que permite, que a pesar, de los fracasos sigan intentando mejorar, se relacionan mejor en tareas grupales y necesitan menor control por parte del profesorado.

Por otro lado, si pensamos en la real necesidad de formar personas para el mundo laboral, encontramos que hoy en día, se valora de forma cada vez más creciente, a profesionales que poseen habilidades complementarias a las propiamente técnicas, habilidades que incluyen la capacidad para resolver problemas y trabajar en equipo, que tengan iniciativa propia, que estén motivadas, que puedan manejar el estrés y que estén constantemente renovándose y autoformándose.

Si tomamos en cuenta lo antes mencionado, es fácil ver que existen razones concretas para creer que incluir el desarrollo de habilidades sociales y emocionales dentro del aprendizaje, tanto formal como informal, tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas, mejorar la vida en sociedad y formar profesionales y trabajadores más capacitados. Todos objetivos claves para cualquier proyecto educativo.


Evidencia de como el aprendizaje social y emocional mejora el desempeño de los y las estudiantes.

Investigaciones muestran que el aprendizaje social y emocional puede tener un impacto positivo en el clima escolar y puede promover un ambiente adecuado para el aprendizaje. El reciente meta análisis de 213, rigurosos casos de estudio sobre la implementación del aprendizaje social y emocional, llevado a cabo por Durlak, Weissberg et al.'s. Indica que el estudiantado que recibió una educación social y emocional de calidad  y continuada se beneficio de la siguiente manera: 


  • Mejoramiento del desempeño académico: un 11% mejores calificaciones que aquellos que no recibieron educación social y emocional como parte del programa de estudio.
  •  Mejoramiento de las actitudes y comportamiento: mayor motivación para aprender, compromiso con la escuela más profundo, aumento del tiempo dedicado al trabajo escolar, y mejor comportamiento en las salas de clases.
  •  Disminución de las conductas negativas: disminución de las interrupciones en clases por mal comportamiento y el incumplimiento; disminución de conductas agresivas y delictivas y disminución de la necesidad de aplicar medidas disciplinarias.
  •  Reducción del estrés emocional: disminución de la depresión estudiantil, la ansiedad, el estrés y el ostracismo social.

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